NUNCA SERÉIS NOSOTROS
Inyectáis mentiras con agujas usadas
y tapáis con algodón para ocultar la herida.
Ofrecéis al sediento agua en vaso roto
y observáis de reojo sus labios a escondidas,
entonando en silencio una plegaria muda,
Oh, señor...,
que permitiera a vuestros ojos desflorar esos labios
y exprimir su amapola inalcanzable y pura.
wow para gritarlo y rezarlo y estrellarlo
ResponderEliminarme gusta sí señor
besicosss
Gracias!!. Surgió justo así, para gritarlo y rezarlo y estrellarlo. Abrazos.
ResponderEliminar