Te susurraría en la boca mi nombre verdadero,
y dibujaría,
con saliva,
círculos en cada uno de tus vértices.
Llegaría cada vez más rápido,
y cada vez más adentro,
hasta terremotarte el nucleo con diez grados de la escala de Richter.
Te dispararía dentro la Vía Láctea,
y el desvanecimiento nos taparía los ojos con sus esponjas húmedas.
No haría falta nada más.
Nada más haría falta.
martes, 17 de abril de 2012
miércoles, 11 de abril de 2012
CAUTIVO UN LABERINTO
Los párpados de la noche se cierran sobre mí.
Ah, crueldad,
los mil garabatos blancos de tu nombre se encienden
pero nada distingo.
Y el corazón dentro de mi pecho dentro de la grieta dentro del glaciar,
y la boca cerrada y las manos vacías.
Hay cautivo un laberinto en mí que no encuentra salida.
Ah, crueldad,
los mil garabatos blancos de tu nombre se encienden
pero nada distingo.
Y el corazón dentro de mi pecho dentro de la grieta dentro del glaciar,
y la boca cerrada y las manos vacías.
Hay cautivo un laberinto en mí que no encuentra salida.
martes, 3 de abril de 2012
AGENDA (PÁGINA CUATRO)
Reorganizar los armarios.
Comenzar a guardar la ropa de invierno.
Descalzarme en casa.
Voltear el colchón y voltear el mundo.
Hacer posible lo pensable,
como, por ejemplo,
que el mar escuche mi rumor a través de una caracola.
Comenzar a guardar la ropa de invierno.
Descalzarme en casa.
Voltear el colchón y voltear el mundo.
Hacer posible lo pensable,
como, por ejemplo,
que el mar escuche mi rumor a través de una caracola.
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