viernes, 28 de octubre de 2011

GRRRRR

Las hormigas invaden las cocinas y suben por las espaldas desnudas como neuronas a punto de gritar una revelación. Se imponen las raíces dando un golpe de estado que revienta  los suelos de tarima flotante. El hogar viste llama de manera espontánea, y arde a cámara lenta y se desprende la infancia  lo mismo que una sombra en un descuido extraño, que queda rezagada  porque pierde el contacto, siendo así reducida a huérfana, perdida, en un recuerdo ralo. Los halos de los santos son cambiados por nubes de contaminación, y las manos derechas de los niños se alzan dejando ver su dedo corazón, y todo es corte de mangas  y tormenta de hostias y maldición pulverizada de saliva colérica. El  hogar torna en barro y en ceniza y hacen todos la calle como los gatos, y las putas, y los policías. Los cerebros comienzan a cubrirse de hiedra, y somos bestias ladrando la palabra guerra, y la hiedra rompe el córtex como el cimiento la tierra, y somos bestias ladrando la palabra guerra
guerra
guerra
gerra
grra
grrg
grgr
grrrr

Y babeamos y enseñamos los colmillos si el prójimo no se agacha.

Silencio de bosque talado por enjambres de hachas.

4 comentarios:

  1. ay, cuando sacas tu voz de ese lugar me parece fascinante. porque en el fondo, creo yo, eres reivindicativo al máximo. gracias por ser tanto

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  2. pfff
    prosa mezcla con poema

    cómo salgo de acá?

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  3. Gracias a ti Felipe, por ser y por estar. Yo también creo que en el fondo hay algo muy reivindicativo ahí.

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  4. Hay salidas por todas partes Noelia. Un abrazo!!

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