Los párpados de la noche se cierran sobre mí.
Ah, crueldad,
los mil garabatos blancos de tu nombre se encienden
pero nada distingo.
Y el corazón dentro de mi pecho dentro de la grieta dentro del glaciar,
y la boca cerrada y las manos vacías.
Hay cautivo un laberinto en mí que no encuentra salida.
me gusta exageradamente el tono ahogado con que está escrito ésto...
ResponderEliminarte abrazo
Gracias Noelia!. Un abrazo grande para ti.
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