A lo que pudo ser.
Mi niño mirlo blanco.
Mi niño mirlo blanco.
Mirlo blanco mi niño
y la vida una flecha.
Mi niño mirlo blanco
de leche de pecho de madre
de sueño de nieve y de ojos,
y la vida una flecha
de punta tan negra,
tan negra de noche
y de ébano tan negra...
En la rama mi niño mirlo blanco,
Y la vida tan ébano...
Mirlo blanco flecha sangre.
Sangre mi niño mirlo blanco
y nieve sobre rojo
y sobre los ojos de mi niño sangre y nieve,
y copo sobre copo
y blanco sobre blanco
y blanco solo blanco,
y rama sola
sin mirlo mi niño
y sin flecha.
estoy casi desde que publicaste releyendo el poema...
ResponderEliminarsin saber qué decir, pero con ganas de decir algo, pero lo primero que se me ocurrió fue putear, y ahora no sé
pero no puedo estar callada, irme así sin escribirte que me abriste un surco enorme con este poema y sin culparte...
ahora sí me voy, pero con algo que cambió, adentro.
Gracias por estar ahí Noelia, por leer cada poema, y por ser sincera conmigo incluso cuando sientes que ahí algo que decir pero aún no sabes qué. Me alegra que llegue de algún modo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar