La niebla nos escruta,
y si ve que dudamos
nos agarra las cumbres con su velo
transluciendo los ojos y la boca.
Arrecio el temporal.
Arde dentro la zarza de nuestros pensamientos.
Escupimos espinas por palabras
alimentando heridas con sed de compañía.
Duélete conmigo, amor,
la telaraña de la niebla me ciega.
¿He visto alguna vez?.
¿Amainaré algún día?.
y si lee esto, se duele, sí...
ResponderEliminar"¿Amainaré algún día?"
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhoy mientras paseaba vi escrito en la pared la palabra "niebla"... al cabo del día uno puede leer muchas cosas en las paredes... Pero no sé qué pasó con esta "niebla" que me hizo parar y pensar en que era una señal. Luego durante todo el resto del día, se me venía a la mente: "niebla....niebla....niebla". Qué querrá decirme esta palabra? me preguntaba una y otra vez.
ResponderEliminarEstá claro, tu poema.
La vida nos habla rubén, a través de pintadas en las paredes, o de preguntas que parecen pura retórica. Yo te puedo asegurar que sí, que has visto muchas veces, que ves ya, y que amainarás cuando sea menester o cuando ya no necesites tanta marea.
Sigue confiando y sintiendo como lo haces amigo mío.
Tú ya sabes que si hay que achicar yo achicaré contigo. Me duele y me gusta que así sea, en vida.
mil besos
Gracias Felipe, por estar siempre ahí.
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